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lunes, 26 de enero de 2015

Animales acuaticos que respiran de manera similar a los seres humanos - Los ácaros en el hogar


Animales Acuaticos Que Respiran De Manera Similar A Los Seres Humanos
Los Acaros, Precaución


Morfología, clasificación, comportamiento, enfermedades, diagnóstico y prevención.

1) Phylum Arthropoda:

La historia natural nos señala que los indicios más lejanos sobre la existencia de artrópodos se remontan al primero de los 6 periodos de la Era Paleozoica (Cámbrico), hace unos 540 millones de años. Los más primitivos fósiles de este phylum hallados fueron los Trilobites (del latín Trilobita, "tres lóbulos"), quienes vivieron unos 300 millones de años y han sido los primeros animales salvajes y asesinos que pasaron del ambiente acuático al terrestre, siguiendo a los vegetales, donde se adaptaron a todos los hábitats. También había artrópodos anfibios,  anélidos y nemátodos, los que por sus cuerpos blandos, no dejaron depósitos fósiles.


animales acuaticos que respiran de manera similar a los seres humanos
Animales Carnivoros
Durante toda la Era Primaria, los Trilobites fueron evolucionando y dieron origen a las demás ramas de artrópodos distribuidas por el mundo, las cuales están asociadas a todos los demás seres vivos, también importantes en la vida del hombre y sus actividades diarias.

Aristóteles (384-322 a. C.) los cita en el Libro V de su Historia Animalium como "un animal animal y vegetal de tamaño muy pequeño, blanco y que aparentemente carece de cabeza".

2) Características:

Simetría bilateral. Cuerpo segmentado y articulado con cabeza, tórax y abdomen diferenciados o fusionados. 3 pares de patas (insectos) y 4 pares (arácnidos), con músculos estriados. Exoesqueleto quitinoso(5). Son los únicos invertebrados voladores. Tubo digestivo completo entre boca inicial y ano terminal. Sistema circulatorio vascular (por donde circula la hemolinfa (6), abierto y lacunar con corazón dorsal. Respiración por branquias(7) o tráqueas(8) según desarrollen su vida en el agua o en la tierra. Excreción por medio de 2 ó más tubos de Malpighi(9) que vierten su producto en el aparato digestivo. 
 
De las Clases más significativas, describiremos en este documento a Arachnida, artrópodos terrestres y caminadores con 4 pares de patas (arañas, escorpiones y otros), con cefalotórax(14) y abdomen, dentro de los cuales se encuentra subclase Acarida (ácaros y garrapatas)   

2.1) Clase Arachnida

Se conocen alrededor de 20 mil especies de arácnidos, pertenecientes al subphylum Chelicerata (gr. khelé, pinza; kératos, portador), que habitan los desiertos, montañas, praderas, bosques, viviendas, depósitos. Algunas de ellas elaboran telas en las cuales quedan retenidas sus presas a quienes matan al inyectarle veneno y luego les succionan los líquidos internos.

Aunque con frecuencia se los confunde, se diferencian de los insectos porque no tienen antenas ni mandíbulas, por presentar 6 pares de apéndices de los cuales 2 corresponden a las piezas bucales y los restantes 4 son patas articuladas.
En general tiene una vida libre en zonas secas y cálidas. De hábitos carnívoros (excepto ácaros), determinadas especies pueden impresionar por su aspecto, pero en general son inofensivas; es mas, algunas de ellas son enemigos naturales(15) de insectos y otros artrópodos. 

Subclase Acarida   
 
Constituyen uno de los grupos más antiguos de clasificacion de los animales terrestres ya que se encontraron fósiles desde el  Devónico Inferior, es decir son seres que vivieron hace unos 400 millones de años con temperaturas superiores a 50° C. El fósil más antiguo, descubierto en Escocia, es Protacarus cravi. Eran muy pequeños, sin ojos y muy móviles.

El cuerpo está cubierto por una resistente cutícula quitinosa que los protege de agentes físicos, químicos y biológicos. En algunas partes esta cutícula es más gruesa formando placas que les dan mayor protección y les sirven para la inserción de músculos. La rigidez de la cubierta no les permite un crecimiento constante, por esto tienen que deshacerse periódicamente de esta coraza mediante el proceso de la muda, crecen “a saltos”.      
         
En la región anterior, que se articula con el resto del cuerpo, se localizan las piezas bucales. Son de rápido desarrollo en condiciones favorables luego de depositar abundante cantidad de huevos. Las ninfas, con 3 pares de patas, crecen rápidamente para llegar al estado adulto con 4 pares de patas laterales y con cerdas. En cantidades significativas cubren al hospedante con una fina película polvosa despidiendo olor característico.  

Los ácaros abundan por el número de especies identificadas (unas 50.000), son fotofóbicos y se los encuentra en la tierra, alimentos almacenados, plantas y animales salvajes wikipedia. Se alimentan de productos orgánicos en descomposición, otros sorben sangre, jugos de plantas o líquidos del cuerpo de vertebrados terrestres. Como la piel de los humanos produce una profusa cantidad de descamación, pueden criarse miles de ácaros durante varias generaciones, por esto se encuentran en abundancia en alfombras, ropa de cama, dentro del colchón y del somier dónde se multiplican constantemente.            
     
Durante su vida adulta pueden producir irritación y pústulas en la piel de personas sensibles al caminar sobre ella o hincar su aparato bucal en la misma, pero son inofensivos para los humanos porque no pican ni trasmiten patógenos. Entre los estadios ninfales no se advierten las partes bucales, pero se encuentra una ventosa que les sirve para adherirse a los insectos u otros animales con el fin de ser transportados por ellos. Pueden ocasionar trastornos de diferente magnitud a la salud de los animales no sólo por las toxinas que les inyectan al succionar la sangre, sino por los patógenos que pueden transmitir y causar enfermedades. No obstante, pueden permanecer varios meses sin alimento.

Existe un numeroso grupo de ácaros sobre los cuales no se conoce demasiado ya que por su microscópica talla (larvas de 100 micrones16 y adultos entre 0,5 y 2,0 mm) pasan inadvertidos, no obstante se encuentran en todas partes. Las formas más grandes, que se designan con el nombre común de “garrapatas”, son parásitas del ganado y de otros animales domésticos; cuando se las encuentra plenas por la sangre ingerida, pueden llegar a los 30 mm de longitud.  

La forma del cuerpo es variada: angosto y alargado o corto y ancho u ovalado, globoso, cónico, piriforme y romboidal; comprimido o deprimido. Las patas y las ornamentaciones presentan sedas o pelos y el cuerpo tiene aspecto estrellado o bien presenta fuertes placas que lo cubren. 
Su color varía según la especie y pueden ser casi transparentes o ligeramente blanquecinos y en ellos puede distinguirse color en los órganos internos, que con frecuencia depende del alimento que ingieren. Así, los fitófagos(17) tienen color verde o café; los hematófagos(18) revelarán un color rojo oscuro y otros poseen capas de pigmento de color amarillo, café, azule, violeta, verde y rojo.

Los apéndices se fueron modificando, transformándose los anteriores en partes bucales que ayudan al animal a comer, capturar y desgarrar su alimento. En los ácaros los apéndices están representados por un 1º par de quelíceros para morder, cortar, raspar, despedazar, triturar o picar y succionar.
El 2º par de apéndices llamados pedipalpos tienen una función prensil, ayudando a la captura de las presas, a las cuales sujetan firmemente; en otras especies actúan como estructuras sensoriales, estando entonces provistos de numerosos órganos receptores de estímulos externos y gracias a los cuales pueden percibir los olores, las vibraciones, la humedad, el calor, etc. Estos órganos sensoriales están representados por diversos tipos de sedas o pelos y otras estructuras. 

Luego están los 4 pares de patas locomotoras. El 1º a menudo tiene una función sensorial y lo llevan levantado hacia delante, como antenas, para poder detectar los estímulos a su alrededor para lo cual están provistas de diversos órganos sensoriales. Por medio de estas patas logran orientarse, encontrar a sus parejas, descubrir sus enemigos y a sus posibles presas.
Con los otros 3 pares de patas se desplazan o se sujetan a los diferentes sustratos; las formas acuáticas las utilizan para nadar a manera de remos. Las patas de algunos machos pueden estar modificadas para poder sujetar a la hembra durante el apareamiento. El último par de patas aparece en las larvas cuando se transforman en ninfa, por lo que ninfas y adultos tienen 4 pares de patas.

Toda la superficie del cuerpo y las patas está cubierta de sedas de muy variada forma y de función generalmente táctil, aunque muchas de ellas son también sensibles a las vibraciones. Gran parte de las especies son ciegas, pero las hay también con 1 ó 2 pares de ojos simples (ocelos), situados en la superficie dorsoanterior del cuerpo. Es poco probable que estos ocelos lleguen a formar imágenes y posiblemente su función se concrete tan sólo a detectar los cambios en la intensidad de la luz.  
En la cara ventral del cuerpo de los adultos pueden observarse, además, 2 aberturas: la genital en la parte anterior y la anal en la posterior.

Los ácaros respiran por estigmas, que se continúan en tubos finos llamados traqueas; las formas juveniles o las especies muy pequeñas lo hacen a través de la piel.   
La fecundación de los ácaros es siempre interna, pero la forma de transferir el esperma del macho a la hembra varía entre las diferentes especies. Se pueden distinguir 3:

1) Por medio de un pene u órgano copulador, que inyecta directamente los espermatozoides en el cuerpo de la hembra, a través de su abertura genital.                                                                        

2) Con el auxilio de los quelíceros provistos de espermadáctilos, que funcionan como órganos copuladores y ayudan a introducir el esperma a orificios especiales situados cerca de las patas. La aparente abertura genital de la hembra, en estos casos, no funciona como vulva sino que a través de ella salen los huevos.                                                                                                 

3) Por medio de espermatóforos, es decir, pequeños saquitos dentro de los cuales se conserva el esperma; los hay de 2 tipos, sin pedicelo, pasando directamente de la abertura genital del macho al de la hembra, cuyos cuerpos están vientre con vientre; con pedicelo, en cuyo caso los machos depositan los espermatóforos en el suelo, pegándolos al sustrato mediante un pequeño tubérculo; las hembras, sexualmente maduras, que encuentren estos espermatóforos, se encargarán de introducirlos ellas mismas a su organismo, a través de la abertura genital. 

La mayor parte de los ácaros son ovíparos (ponen huevos), otros son ovovivíparos (ponen huevos, pero llevan adentro un embrión ya formado y próximo a nacer) y, además, hay especies vivíparas (nacen organismos ya formados). Durante su desarrollo cambian de forma (hay metamorfosis) y durante su ciclo de vida pasan por 4 estados: huevo, larva, ninfa y adulto. Algunos pueden presentar 3 estadios ninfales (protoninfa, deutoninfa y tritoninfa). Los ácaros viven unos 30 días y la hembra deposita desde 20 hasta 30 huevos.  

Se encuentran distribuidos por todo el mundo y están adaptados para vivir en todos los ambientes. Entre las formas de vida libre hay una gran cantidad de especies terrestres y acuáticas, encontrándoselos en ecosistemas con materia orgánica en descomposición y en ambientes con musgos y líquenes; en la hojarasca de los bosques llegan a constituir hasta el 90% de la fauna edáfica(19).

El ácaro Varroa s/p produce en las abejas la enfermedad “varroasis”, descrito por A. Oudemans (1904) quien dedicó el nombre genérico a Marco Terencio Varrón o Marcus Terentius Varro (116-27 a. C), profuso escritor romano que advirtió a sus contemporáneos  evitar los pantanos y las marismas (auténticos humedales), ya que "hay una raza de ciertas criaturas diminutas que no se pueden ver por los ojos, pero que flotan en el aire y entran al cuerpo por la boca y la nariz y causan enfermedades graves". Es un ectoparásito de la especies de abejas Apis mellifera y A. cerana reproduciéndose sobre sus larvas, pupas y adultos. El ácaro absorbe la hemolinfa del insecto disminuyendo su peso o masa corporal y proteínas totales. En estado larval es más crítico debido a que los adultos nacen con menos del 30 % de peso de un adulto no parasitado.

Puede destruir las colmenas generalmente en invierno. En Apis cerana la cantidad de ácaros adultos alcanza los 700 individuos, generándose un equilibrio donde coexisten el huésped (la abeja) y el parásito (el ácaro). Las hembras son quienes parasitan a las abejas, pero el macho no está adaptado para tal cometido. Cuando las etapas inmaduras de abejas son parasitadas por más de 8 ácaros, las pupas mueren y por tanto no emergen abejas adultas, presentándose signos parecidos a la enfermedad “Loque americana” (la que se manifiesta por presencia de la bacteria Bacillus larvae).

        Existen también numerosos ácaros fitófagos que se alimentan desde bacterias hasta las grandes fanerógamas. Entre ellos hay algunos que se consideran plagas muy dañinas para la agricultura porque pueden atacar maíz, tomate, alfalfa, cítricos y algodón, entre otras plantas que al hombre le sirven de alimento, forraje, ornamentación, etc.
      
Finalmente, hay una variedad enorme de ácaros, asociados en alguna forma a todos los demás grupos de animales, biorrelación que puede ser: 

a) ecológica, forman parte de las diferentes y numerosas comunidades terrestres acuáticas; 
b) forética, al aprovechar a otros animales rastreros y voladores para ser transportados a fuentes más ricas de alimento para su reproducción y desarrollo;                                                                
c) comensal, al instalarse en el cuerpo del huésped, nutriéndose de sus secreciones o deyecciones o aprovechando los residuos alimenticios que el huésped no utiliza, sin causarle daño directo;   
d) protocooperativa o mutualista, al beneficiarse ambos en forma facultativa u obligada, respectivamente;                                                                                                                                   
e) depredadora, al cazar el ácaro a su presa para alimentarse;                                         
f) parásita, dependen metabólicamente del huésped y son protegidos por aquel.


Los ácaros parásitos son los más especializados no sólo por sus modificaciones morfológicas sino por los cambios que han sufrido en sus ciclos de vida, fisiología y   comportamiento. Son los ectoparásitos(21) más frecuentes y variados; algunos de ellos, a lo largo de su evolución, han llegado a invadir cavidades internas, principalmente las vías respiratorias y muchos viven bajo la piel. Sus huéspedes son los artrópodos, sobre todo los insectos y todos los vertebrados terrestres.
Los ácaros más importantes en este grupo son las garrapatas, parásitos obligados que se alimentan de la linfa o sangre de un huésped, en todos los estados de su ciclo de vida. Bajo estas condiciones actúan también como vectores de numerosos patógenos, capaces de producir enfermedades y hasta la muerte.
 
Enfermedades

La sarna es una dolencia causada por ácaros. Hay 3 tipos de sarna, según la especie de ácaro que la produzca: 
Sarna roja ó sarcóptica Es causada por Sarcoptes scabiei, que si bien es característica de los perros puede afectar a felinos y al hombre. En perros, las hembras de los ácaros producen en la piel túneles para depositar sus huevos, estas galerías, además contienen las deyecciones de los ácaros cuya presencia produce la picazón característica de esta enfermedad. La piel se inflama, se cae el pelo y aparecen algunas infecciones como granos, pus y escamas.

Sarna otica u otodéctica
Los ácaros Otodectes cynote atacan a perros y gatos, causando irritación grave del conducto auditivo, donde se acumulan residuos de escamas, costras o cera.
Alergias y asma

Las especies que con mayor frecuencia producen alergia son las del género Dermatophagoides, ácaros cuya fuente de alimento son los restos de la descamación de la piel humana y de otros mamíferos.
Los excrementos de los ácaros y los ácaros muertos son los desencadenantes más comunes y las personas, especialmente los niños, que sufren de padecimientos atópicos (eczema, fiebre de heno, asma alérgico) tienen el riesgo más alto de padecer alergia a los ácaros.

Los ácaros del polvo viven hasta 3 meses y realizan 1 ó 2 oviposturas de unas 30 unidades cada una. Los periodos más propicios para la reproducción son primavera y otoño. Están en todos los ambientes de la vivienda y se alimentan de restos de piel humana (una persona desprende 1 gramo de piel/día) o animal. Los ácaros dermatófagos(22) se encuentran en colchones, mantas, almohadas, sillones, sofás y alfombras. 

Las condiciones óptimas para su desarrollo son temperatura > 20° C,  con una humedad ambiente del 70 al 80 %. Altitudes superiores a los 1.000 m sobre el nivel del mar dificultan el escenario para el avance normal de su vida, motivo por el cual las regiones montañosas son consideradas como lugares apropiados para superar alergias y controlar el asma.

Algunos síntomas de alergia a los ácaros son: congestión o goteo de la nariz, estornudos matinales, prurito y lagrimeo e hipersensibilidad en mucosas oculares y nasales, tos y enrojecimiento de la piel. 

Para que acontezca una sensibilización a los ácaros, es necesario una tasa de antígeno Der p1 superior o igual a 2 micras por gramo de polvo doméstico. Se calcula que la sensibilización a los ácaros está entre el 10 y el 20 por ciento de la población general; son los responsables de la mayoría de los casos de alergias nasales, asma alérgica perenne, dermatitis atópica y se han descrito algunos casos de anafilaxia por ingestión de alimentos contaminados con Dermatophagoides faringe.

 Diagnóstico:

No se puede determinar esta dolencia sólo por los antecedentes del paciente. Una prueba normal incluye la detección de alergia contra los ácaros: se estudian 2 preparados, conteniendo los alergenos más importantes (Dermatophagoides pteronyssinus y D. farinae).
Las pruebas de detección de alergia producida por los ácaros de polvo doméstico se realizan por intermedio de muestras de epidermis o sangre. Sin embargo, esas pruebas no pueden determinar si a futuro habrá riesgo, sino que sólo sirve para detectar la existencia de alergia.

Prevención:                                                                                                 

Las medidas para evitar los ácaros domésticos son los primeros pasos para precaverse de las alergias. Entre estas medidas están:

• Reducir el contacto con ácaros aumentando la ventilación diaria de las habitaciones (es una acción primaria).
• La exposición al sol de los colchones, ropa de cama, alfombras, etc.,  como mínimo una vez al mes.    •  El lavado periódico a más de 60° C de la ropa de cama y las alfombras. Si no caben en el lavarropas, llevar asiduamente a la tintorería. 

•  Aspiración de todos los componentes de la habitación con equipos dotados de microfiltro o filtro “HEPA”, especialmente en superficies de tela, como sofás, camas y cortinas, cada 3 ó 4 días. Los sistemas que retienen partículas de 0,1 micras son los más eficaces.

•  La utilización de fundas antiácaros para los colchones y almohadas.

•  En días con frío intenso (> -15° C) se puede colocar el colchón y las alfombras al aire libre durante 24 horas y apalearlos fuertemente antes de entrarlos. 

•  Atender convenientemente a los animales domésticos o impedir su presencia dentro de la casa. 

•  El lavado frecuente de los muñecos de peluche (aunque es preferible prescindir de ellos).  

• Mantener una atmósfera alrededor de 55 % de humedad y temperatura de entre 18 y 20° C. 

•  Eliminar diariamente el polvo que entra en la vivienda. 

•  Evitar las regiones con climas húmedos (más humedad, más ácaros).    

•  Tratar de mantenerse alejado de muebles llenos de algodón, plumas y pelos de animales pues son sustratos ideales para el cultivo de ácaros.

•  Si se es alérgico no tener mascotas como perros, gatos y/o aves ya que estas son portadoras de los ácaros.


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